Aves de Nuestra Tierra
AVES DE NUESTRA TIERRA:
una propuesta campesina para reconocer, sensibilizar y educar.
Por Julián Karles, Alejandro Salinas y Laura Trujillo.
Estudiantes de Comunicación Social-Periodismo de la Universidad Pontificia Bolivariana.
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RÍOVERDE, la Red Campesina de Documentalistas de la Biodiversidad, es un espacio para el reconocimiento, apropiación y sensibilización de los diferentes entornos naturales en territorios inexplorados y poco documentados. Esta iniciativa surge a partir de la necesidad de acercarse a la biodiversidad y poder aprender de ella, a través del lenguaje audiovisual, pero también, con la intención de poner en alto una voz de denuncia, o al menos de alerta, sobre los diferentes riesgos y problemáticas que generan un impacto ambiental.
La propuesta nace en el 2016, y parte del avance que ya poseían los jóvenes de los equipos de comunicación de Argelia, Betulia, Sonsón y San Francisco, pertenecientes a la Escuela de Creación Documental de la Asociación Campesina de Antioquia – Producciones El Retorno, quienes ya se encontraban trabajando en diferentes procesos audiovisuales en los territorios. Como menciona Juan David Delgado, coordinador de la apuesta ambiental de la Red, “quisieron proponer la conformación de una red para documentar los entornos naturales que habitan, su fauna, su flora, las amenazas que recaen sobre éstos, y las visiones que las comunidades tienen acerca de la biodiversidad local”.
En la búsqueda por hacer realidad sus aspiraciones, se encontraron con las aves, que con su belleza y vistosidad permiten acercarse más fácilmente a la biodiversidad, pues a través de su documentación, no solo se da la oportunidad de aprender acerca de ellas, sino también sobre el territorio natural en su totalidad, para crear la Guía de Aves de Nuestra Tierra.
Esta guía permite que los jóvenes empiecen a reconocer más los territorios que habitan, y se apropien en mayor medida de ellos, al mismo tiempo que ponen en práctica sus conocimientos previos de la Escuela de Creación Documental y se desarrollan personalmente. Pues como dice Julián Nava, uno de los jóvenes de San Francisco, “también lo veo como una oportunidad para progresar a partir del cuidado y el sostenimiento del medio ambiente, a través de la concientización y el conocimiento mutuo en la comunidad.”
Así también lo expresa Jair Giraldo, joven perteneciente al equipo de San Francisco, “se trata de un sueño colectivo de la escuela que nace del interés y la necesidad de documentar lo que es nuestro y de lo que muchas veces somos ajenos.” Y es que las aves son ese puente que les da la oportunidad de conocer desde la fauna, las plantas, los árboles, los frutos y los cultivos, hasta las comunidades, las personas, su cultura y sus historias.
Este proceso documental no se trata de una guía técnica, ni científica, sino meramente campesina, enfocada en las historias alrededor de las aves, la mega biodiversidad y su relación con la cultura de los territorios, con el interés de educar y transformar la mirada de las comunidades. Además, es importante resaltar su compromiso al denunciar las amenazas que recaen sobre el medio ambiente y su función de archivo como construcción de memoria, pues como expresa Delgado, “si no podemos hacer nada para detener lo que pasa en el ámbito mundial del impacto ambiental, al menos podemos denunciar y dejar constancia y memoria de cómo fueron o eran estos territorios.”
Sin embargo, eso no quiere decir que no se realicen, posteriormente a los procesos de documentación, los que corresponden a la identificación y clasificación de las aves. Y son también las mismas comunidades y las personas vinculadas a la red las que se han encargado de liderar su tecnificación. Ancisar Morales ha liderado la identificación de las aves y ha trabajado muy duro para este proceso de construcción colectiva del conocimiento en la asignación de los nombres científicos y comunes. Esto, claramente, con el apoyo de los y las jóvenes que realizan la recolección de las evidencias.
Las problemáticas ambientales en los territorios campesinos, a causa de expansión agrícola, se han ido intensificado y esto ha afectado el hábitat natural de las diferentes especies, además de las microcuencas y ríos que atraviesan estos espacios. Tal como lo expresa Didier Rueda, integrante del colectivo de Betulia, “procesos como la caficultura, la ganadería y los monocultivos han afectado los territorios y han atentado contra la salud de aves y polinizadores que subsisten dentro de estos lugares”.
Luz Dary Quintero Orozco, joven campesina de la comunidad de Argelia, expresa que “a partir de la documentación se sensibiliza a las comunidades para que cuiden a las aves, ya que éstas son fundamentales en temas de dispersión de semillas y control de la naturaleza”.
Documentar las aves se ha convertido en uno de los procesos de transformación más importantes para quienes integran la Red, porque, como expresan algunos, a partir de estas actividades se han ido apropiando del territorio. Para Didier, documentar aves significa enamorarse del territorio, apropiarse y aprender de ellas, enamorarse de la vida y reconocer la grandeza de la naturaleza. Por su parte, Luz Dary expresa que el poder documentar aves es una manera de retribuirles todo lo que ellas hacen por el campo, y a partir de esto generar memoria y cultura.
El salir a documentar las aves o realizar lo que ya Jair denomina como “el pajareo”, se trata de “un proceso muy bonito, que permite no solo reconocer el territorio en el que viven, sino cultivar aún más un amor hacia el campo”. Y agrega que, en la cotidianidad, no era consciente de la gran diversidad del entorno que los rodeaba, y al que ahora le pone especial atención y detalle.
Y este proceso, lejos de ser ajeno a las comunidades, las ha integrado y tenido en cuenta para la recolección de contenidos e historias. Como menciona Julián, “la gente es muy curiosa, se empiezan a compartir conocimiento. Una vez que se enteran, se integran y se vinculan al proceso con el fin de ayudar. Nos cuentan historias y eso hace parte de nuestra cultura, todo es de mutuo conocimiento”.
La Red Campesina de Documentalistas de la Biodiversidad -RÍOVERDE- se ha convertido en una ‘universidad vivida’ según Didier Rueda, pues a partir de la creación de una guía de aves, las comunidades campesinas se han ido reencontrando con su territorio, han adquirido un sentido de pertenencia con la naturaleza y han fomentado el respeto por los ‘animalitos’ que conviven con ellos.
Además, a partir de esta estrategia se han creado semilleros para que las nuevas generaciones encuentren una oportunidad de vida dentro del campo, mantengan este legado natural a través de los registros fotográficos y hagan uso de las herramientas audiovisuales como instrumentos de trabajo, creación y memoria, que les brindan una alternativa diferente a la migración a los núcleos urbanos.
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